5.3.16

“Surcos en la realidad". Una exposición de grabados xilográficos anarquistas en Antofagasta. (Reseña)


Entre los días 17 y  22 de febrero fue exhibida, en las dependencias de la Casa de la Cultura de Antofagasta, la serie xilográfica “Surcos en la realidad. Incisión de ajusticiamientos y vindicaciones”, del compañero Francisco Palma Matamala (Anteo), integrante de la Asociación de Grabadores del Biobío, quien vindica a través de la imagen distintas acciones de propaganda protagonizadas por agitadores ácratas a lo largo del siglo XX, al mismo tiempo que empuña un gesto solidario con compañeras y compañeros actualmente encarcelados por el Estado chileno, como son los casos de Tamara Sol, Nataly Casanova y Juan Flores.

La colección se compone de 16 xilografías, técnica de grabado en matrices de madera, y en ella encontramos a vindicadores como Antonio Ramón Ramón (La venganza de un hermano), Simón Radowictzky (Simón Vive) y Kurt Wilckens ( ), quienes de un  lado y del otro de la Cordillera de los Andes supieron vengar las masacres obreras: “Escuela Santa María” (1907), “Semana Sangrienta” (1909) y “Patagonia Trágica” (1921), respectivamente. También figuran entre las obras los magnicidios fallidos en contra de Mussolini y Lenin, perpetrados por los valientes jóvenes  Anteo Zamboni (El sueño de Anteo) y Fannia Kaplan (El sueño de Kaplan), además de expropiadores como los hermanos Ascaso y el más buscado entre los ácratas de esta tendencia en el Río de la Plata: Severino Di Giovanni, representado en el polémico ajusticiamiento del Emilio López Arango, anarcosindicalista que lo había difamado a través de la prensa.

El sueño de Anteo
Anteo, 2015. Xilografía y Poliéster. 



La venganza de una injuria: Di Giovanni y López Arango
Anteo, 2016. Xilografía

Entre los casos “locales”, además de Ramón Ramón, encontramos la acción individual de Efraín Plaza Olmedo, quien disparó contra dos burgueses en pleno centro de Santiago el 14 de julio 1912, así como el bombazo que estalló en el Convento de las Carmelitas el año anterior, del cual se culpó a la Sociedad de Resistencia de Oficios Varios, organización declarada anarquista y anticlerical. Completan la colección gráfica las figuras de Louis Lingg, uno de los mártires de Chicago cuya voz aún estalla metálica entre nosotr@s: “¡Os desprecio; desprecio vuestro orden, vuestras leyes, vuestra fuerza, vuestra autoridad! ¡Ahorcadme!”; y el poeta cohete: José Domingo Gómez Rojas (1896-1920), furibundo agitador en el anarquismo chileno de la segunda década del siglo pasado, miembro de la sección local de la I.W.W (Industrial Workers of the World) y activo integrante de la FECH (Federación de Estudiantes de Chile), muerto en la Casa de Orates tras las torturas de la cárcel, consecuencia de su declarado antimilitarismo y su negativa a la contienda bélica con el Perú, autor de una profunda obra poética, de cuyo vergel recogemos:

“En esta Cárcel donde los hombres me trajeron,
en donde la injusticia de una ley nos encierra:
he pensado en tumbas en donde se pudrieron
magistrados y jueces que hoy son polvo en la tierra.
(…)
Creyeron ser la mano de Dios sobre la tierra,
la ira santa, la hoguera y el látigo encendido,
hoy duermen olvidados bajo el sopor que aterra,
silencio, polvo, sombra, ¡olvido! ¡olvido! ¡olvido!
(Protestas de piedad – JDGR)

El triunfo al olvido
Anteo, 2016. Xilografía.


 Efraín

Anteo, 2016. Xilografía.
Lejos de idealizar  o martirizar las experiencias y figuras retratadas, la serie de grabados expuestos tuvo como objetivo, en palabras de su autor, “rescatar del olvido algunas acciones, individuales y colectivas, empuñadas en contra del Estado y el Capital, al mismo tiempo que retomar la gráfica como una herramienta de propaganda antiautoritaria”. Recordemos, que este arte cuenta con destacados exponentes en la prensa ácrata mundial: Frans Masereel (1889-1972), Clifford Harper (1949), Carlos Cortés (1923-2005), Flavio Constantini (1926-2013) o el chileno Germán Baltra, cuyos linóleos ilustraron las portadas de Suplemento El Sembrador (Valparaíso, 1925-1927) y otros periódicos.
La jornada de lanzamiento contó además con la proyección del documental “Los ojos de América”, el que retrata la vida de la propagandista América Scarfó y su intensa relación con Severino Di Giovanni, abordando diversas aristas del pensamiento libertario, como el amor libre y la propaganda por el hecho, entre otras. Este material pudo ser exhibido gracias a la gentileza de sus realizadores Diana Rosenfeld y Anibal Garisto, quienes nos lo enviaron desde el otro lado de la cordillera.

Agradecemos a quienes aportaron esa tarde, así como a tod@s los que visitaron la exposición, la que pese a su fugacidad tuvo una excelente acogida. Quedaría pendiente la publicación del libro que reunirá estas xilografías, sus historias y la técnica del grabado como herramienta en la propaganda antiautoritaria, además de ampliar los horizontes de la colección, proyecto en el cual pondremos manos a la obra con el compañero Anteo.

Descargue y lea el díptico de la exposición.  

Contacto:  franpalma@udec.cl

Imágenes de la jornada:






Trailer “Los ojos de América”:





Revista Mingako Nº2, Verano 2016.

Con mucha alegría compartimos a ustedes la aparición de la segunda edición de la revista Mingako, por la Tierra y la Libertad. En esta oportunidad hemos abordado con mayor complejidad algunas aristas del intenso conflicto por el agua en la región chilena. Aprovechamos la instancia para agradecer la gran acogida que ha tenido el numero anterior, invitándoles, como no, a reproducir libremente y de la forma que estimen conveniente sus contenidos y discusiones. Saludamos, por último, a todos los esfuerzos, diversos y contradictorios, que en cualquier parte del Orbe, se han desatado con amor y rabia en defensa de la Tierra.

Abrazos fraternos

Descargar aquí: Mingako 2, Verano 2015!

Contenido Revista Mingako 2, Verano 2016.

Defender las aguas hasta las últimas consecuencias/ Dossier Agua: No es sequía es saqueo: la disputa del agua en Chile. Restableciendo el ciclo hidrológico del suelo (1º parte). Dinámicas de poder hídrico en la sociedad del sakeo. El agua en el suelo: estrategias para mantener húmeda la tierra. Sección A sembrar Salud y libertad: Cuando el remedio es peor que la enfermedad. Con tierra en las manos. Recetario disfrutable. Conflictos territoriales: Mehuin sin ducto. Algunos conflictos ambientales en el Bío Bío. Verano 2016. Aysen: Alto Mañihuales y el arsenico. Defendamos nuestros ríos, la problemática del agua en la provincia del Limarí. No a la cantera en Laguna Verde. Colaboraciones: Cooperativas como instrumentos de aprendizaje y libertad No estamos todos, faltan los animales (no humanxs)¡Ni la tierra ni las mujeres somos territorios de conquista! Higiene y salud en la sociedad de hoy. El relleno de humedales. Un proyecto inviable, la situación actual de Alto Maipo. Solidaridad: Comunicado público: Comunidades Mapuche de Curacautín ante aprobación de proyecto hidroeléctrico Doña Alicia. Comunicado Público: Comunidad Wente Winkul Mapu. Aportes: La mediería, una asociación posible entre el campo y la ciudad. Un camino fuera de la ley. Ranquil 1934, aquella revuelta olvidada. Relaves y aluviones en la bahía de Chañaral. Reseñas. Letras por la tierra.

4.3.16

Los anarquistas, las fiestas y el carnaval - Ignotus

Artículo del compañero Ignotus, correspondiente al segundo número de Pampa Negra, en el cual se aborda la particular visión que tenían los anarquistas respecto a las festividades populares, patrioteras, carnavalescas y religiosas. En esta edición digital hemos incorporado algunas imágenes, pertenecientes a nuestro archivo fotográfico, así como el texto “El Carnaval”,  publicado  en junio de 1914 por “Luz y Vida”, periódico obrero de propaganda anarquista, editado en la bahía de Antofagasta al menos entre 1908 y 1916, cuyos ejemplares están “misteriosamente” desaparecidos en el acervo de la Biblioteca Nacional. Agradecemos a quienes nos hicieron llegar, hace ya algún tiempo, este material. Esperamos lo disfruten. 
Grupo Pampa Negra

El modelo ideal de sociabilidad del recreo libertario, se construye de forma alternativa a las modalidades de ocio consideradas burguesas (paradigmáticamente representadas en el casino, o incluso los cabarets, locales de vida nocturna, etc.), “pero también hacia aquellas formas de entretenimiento de carácter popular reprobables desde los parámetros éticos e ideológicos anarquistas”. Estas últimas incluían, por ejemplo, el alcohol, las tabernas, el baile, juegos, pero también diversas formas de festividad popular tradicional (desde aquellas de tipo religioso a las carnavalescas) consideradas “irracionales”, así como determinados espectáculos públicos carentes de todo contenido “cultural” o “educativo”[1].
En este marco, el modelo de sociabilidad y recreo anarquista se centraba en las veladas, espacios en los que intentaba junto con educar a los trabajadores, propagar las ideas y posibilitar un espacio alejado de los llamados “vicios burgueses”. En este breve artículo nos centraremos en ciertas críticas que tenían los anarquistas respecto de algunas celebraciones populares, entre ellas religiosas, carnavales y las fiestas patrias.  Además de ver en estas manifestaciones expresiones que legitimaban el modelo hegemónico oligarca, los anarquistas veían en ellas expresiones propias de la inconsciencia, ignorancia e irracionalidad obrera y popular. El artículo siguiente, aparecido en Luz i Vida de Antofagasta, es elocuente para referirse a una manifestación carnavalesca del norte del país:

“El carnaval, la mascarada ridícula del año, desbande de algazaras grotescas, que reflejan el atraso moral e intelectual de las pasadas generaciones.
Desde un ángulo de la calle contemplo el grupo imbécil, idiota, de esclavos serviles que pasan en bulliciosa fantochada, de fingido regocijo, luciendo trajes de rufianes, de clows, de bufones y de arlequines.... Ellos, los eternos parias, los que a diario sufren el yugo de los déspotas encanallados, sirviendo de entretención, de risible espectáculo, a esos mismos señores que los oprimen, que los explotan, que los repudian...”
“¡Qué espectáculo más triste! ¡Cómo enferma el corazón estas amargas decepciones de la vida! ¿Hasta cuándo el paria, el ilota, el despreciado seguirá como un autómata en la vida, siendo el instrumento vil de los canallas?... ¿Hasta cuándo no se alza altivo, soberbio, rebelde y contesta con la dignidad del ser consiente a la infamia y ruindad de los mandones?....”[2]

Unión Zenteno Fútbol Club en los carnavales antofagastinos de 1911.
Revista Zig-Zag Nº321 -17/04/1911 - Archivo Grupo Pampa Negra
Como señala Suriano, el anarquismo “combatía el sentido profundo del carnaval pues concebía un modelo de diversión deseable relacionado con su ferviente y acrítica adhesión a la razón”, representando la fiesta precisamente lo contrario, es decir como una manifestación de irracionalidad[3]. Se veía en el carnaval la anulación de la razón, la reflexión y la lógica, que eran imprescindibles para la liberación.

También la crítica se enlazaba desde el punto de vista moral, pues, el carnaval fomentaba los vicios, los cuales también enajenan la razón, pero además derivaban en conductas pecaminosas, perdiéndose energías importantes que perfectamente se podrían ocupar en cuestiones provechosas para la revolución.

Las mismas críticas tenían respecto del 18 de septiembre, pero a ellas sumaban la cuestión ideológica, es decir, el ferviente discurso patriotero y la raíz misma de la fiesta. Las “tan bulladas” Fiestas Patrias, para los anarquistas, no representaba más que una farsa, producto de la ignorancia del pueblo, porque “desgraciadamente, hasta hoy el pueblo no se da cuenta de los que vale i del pobre papel que representa en esta sociedad”. En La Agitación, hacia 1902, bajo el título de Ecos de una Fiesta, Agustín Saavedra Gómez, comentaría las últimas Fiestas Patrias, señalando, “¡Ha concluido la farsa! Dos semanas continuas en activo ejercicio de mandíbulas i estómagos. Banquetes, bailes, paseos, discursos, aclamaciones i todo un abundante repertorio de cursilería patriotera: todo esto hemos visto. El pueblo, guiado por los tutores obligados en estos casos –periodistas, gobernantes, oradores, etc.- ha contribuido también a dar animación de estos derroches de la estupidez humana. Él, pobre i eterna víctima de este i de todos los festejos, ha creído conquistar un tesoro de gran valía; ha tomado en serio estas mascaradas internacionales, i ya se figura que la miseria no volverá a asomar su odiosa faz en el tugurio... Pero ya cesa el baile i el bullicio, el alcohol no ejerce su influencia en el estómago, i vuelve a presentarse el hambre. De nuevo el taller, a trabajar 12 horas, a ganar una miseria i recoger los mendrugos de la mesa del capitalista.”[4]. En La Campaña: “las bulladas Fiestas Patrias ya han pasado este año, para volver el siguiente con su eterno cortejo de música, fuegos artificiales, Tedeum, paradas militares, etc.[5]


Las festividades patrioteras fueron también severamente críticadas por los ácratas locales:
"El patriotismo es la barbarie! En todo ser humano en quien existe el prejuicio patriótico, existirá por consiguiente el fanatismo como la ha de conducir con facilidad al crímen" (Luz y Vida Nº11, Mayo de 1909)
Fotografía: 19 de septiembre de 1913. Revista Zig-Zag. Archivo Grupo Pampa Negra
Pero también se trataba de crear un espacio alternativo a estas fiestas burguesas, por lo cual, generalmente para estas fiestas, los anarquistas organizaban paseos campestres, fiestas alternativas y “contrapatrióticas”, veladas, etc. En ellas, se abría un espacio una cultura anarquista con sus valores internacionalistas, antimilitaristas y pacifistas. Espacios en los cuales los anarquistas escapaban de la fiebre del vicio, la irracionalidad y miseria patriótica. Espacios en los cuales se daba una respetuosa convivencia, al aire libre, acompañándose de una sana alimentación[6].

Evidentemente, estas críticas, además de tener un trasfondo centrado en la irracionalidad e ignorancia obrera –todo lo cual facilitaba su explotación-, tenían un fuerte sesgo moral: se criticaba la moralidad exhibida en estos actos, movida por los vicios, la banalidad, la lujuria, la prostitución, todo lo cual impedían la reflexión, la ilustración del obrero, perpetuando de ese modo su explotación, y el dominio absoluto de la oligarquía.

Desde este punto de vista, el carnaval, las fiestas populares, eran todas fiestas inventadas por la oligarquía, que construía y legitimaba de ese modo su proyecto hegemónico, y a la vez mantenía en la ignorancia y la sumisión al pueblo. Y en consecuencia, quienes se sumaban a estas fiestas y carnavales, la gran masa del pueblo, era visto por los anarquistas como seres dominados por la “ignorancia”, la “brutalidad del trabajo”, la “irracionalidad”, la “explotación y miseria”, seres, en consecuencia, dominados por los vicios, especialmente del alcohol.


"El Carnaval",  Luz y Vida, Nº65 febrero de 1914.
Por Fernando Lozada Luza, desde Tocopilla, Carnaval de 1914. 


[1] Javier Navarro, A la Revolución por la cultura. Prácticas culturales y sociabilidad libertarias en el País Valenciano, 1931-1939, Universitat de Valencia, 2004; Juan Suriano, Anarquistas. Cultura y política libertaria en Buenos Aires, 1890-1910, Buenos Aires, Manantial, 2001; Manuel Lagos Mieres: Viva la Anarquía! Sociabilidad, Vida y Prácticas culturales anarquistas, Valparaíso-Santiago, 1890-1927, tesis magister Universidad de Santiago de Chile, 2009. Publicada recientemente por Witrán Propagaciones.
[2] Luz i Vida, n° 65, Antofagasta, febrero de 1914.
[3] Suriano, op. cit., p. 154
[4] La Agitación, 28 de septiembre de 1902.
[5] La Campaña, primera quincena de octubre de 1899.
[6] Véase; Manuel Lagos Mieres: Viva la Anarquía…op.cit.

3.3.16

Erosión. Revista de Pensamiento Anarquista - Nº5, segundo semestre 2015.

Con un dossier titulado “Excavaciones anarquistas: naturaleza, antropología y arqueología”, Erosión, Revista de Pensamiento Anarquista presenta la edición digital de su quinta entrega, correspondiente al segundo semestre de 2015, enfocada al estudio de la naturaleza humana, el problema de la emergencia del Estado y el surgimiento de la historia.

Entre sus contenidos, además de los artículos, destacan los estudios literarios de la sección “Ensayos” y la antología de Rudolf Rocker a propósito de los 100 años de la Segunda Guerra Mundial.

Con la participación de autores como Tomás Ibáñez, David Graeber y Federico Ferretti, este número de Erosión entrega una visión vigente del pensamiento anarquista. Las y los invitamos a descargar la edición digital, disponible en nuestro sitio en formato PDF. Pronto se dispondrá el formato EPUB.


Si desean adquirir la edición impresa, contactarse con Editorial Eleuterio, encargados de su distribución: eleuterio@grupogomezrojas.org

2.3.16

Lanzamiento del libro “Gol en el campo, paz en la tierra” de René Cerda Inostroza (Reseña)

Hace algunos días  se llevó a cabo, en el restaurant La Leonera, el lanzamiento del libro “Gol en el campo, paz en la tierra. Fútbol y dictaduras: Mundial Argentina 78, Club de Deportes Cobresal y Democracia Corinthiana” del historiador René Cerda Inostroza. La grata jornada contó con la exposición del trabajo por parte de su autor, las palabras de un compañero del periódico “El Sol Ácrata”, a cargo del prólogo del libro, además de la proyección de un documental, que forma parte de la serie “Rebeldes del Fútbol”, en torno al futbolista Sócrates y el proceso conocido como la “Democracia Corinthiana”.

En esta nueva entrega, el compañero nos acerca al fútbol desde una mirada anticapitalista, alejada de las luces del espectáculo y las grandes sumas de dinero que hoy rodean a este deporte, presentándonos tres experiencias diferentes que vinculan al fútbol con la política. En primer lugar, encontramos la Copa Mundial de Argentina 1978, en la que se utilizó como herramienta de control social, por parte de la dictadura de Varela, pues se pretendía ocultar la tortura y desaparición con la “alegría” deportiva que otorga este deporte tan popular. Luego, el autor nos muestra la historia del Club de Deportes Cobresal, en la que se mezclan los intereses “desde arriba”, expresados en la financiación estatal del club, como una forma paternalista de mantener tranquilos a los obreros, al mismo tiempo que se manifiesta como deseo “desde abajo”, por parte de los sectores populares de El Salvador por contar con un cuadro deportivo de envergadura. Cierra esta imperdible lectura, la experiencia de la “Democracia Corinthiana”, la cual constituye una resistencia deportiva a la dictadura brasileña, a través de la colectivización de las decisiones del club, así como su posicionamiento en cuanto a la situación del país.  


Agradecemos a quienes asistieron e hicieron posible la jornada. A la gente de La Leonera, por facilitarnos el espacio y la buena onda; a los amigos de Desértica Libros, quienes estuvieron presente con su librería itinerante; y a quién tomó las fotografías. Urge reencontrarnos con el fútbol, y con otros deportes, como espacios colectivos de encuentro, los que podrían ser verdaderos semilleros de transformación social. ¡Aguanten los clubes barriales y las pichangas de amig@s! ¡Fútbol fuera de las lógicas del mercado y en contra del Estado!

Para adquirir el libro escriba a deserticalibros@gmail.com o visite la página de Desértica Libros. 

PD: Recordamos que hace exactamente un año, René nos acompañó, en la 2da Jornada por la Memoria Histórica, presentando su libro “Masacre de El Salvador: Huelgas, represión y solidaridad obrera en los Campamentos Mineros del Cobre 1965, 1966”. Los invitamos a recordar esta actividad y descargar el libro:







"REBELDES DEL FÚTBOL: SÓCRATES”


Sociabilidad popular: Filarmónicas y Mutuales. Antofagasta, albores del siglo XX - Javier Mercado Guerra

A continuación dejamos a disposición el artículo “Sociabilidad popular: Filármonicas y mutuales. Antofagasta, albores del siglo XX” del investigador antofagastino Javier Mercado Guerra, el que apareció publicado en la segunda edición de nuestra revista Pampa Negra. Hemos complementado esta versión con imágenes, las que son parte de nuestro trabajo de recopilación fotográfica en torno al movimiento obrero antofagastino de esa época. 
Grupo Pampa Negra 
SOCIEDAD FILARMÓNICA DE OBREROS DE ANTOFAGASTA HACIA 1904.
REVISTA ZIG-ZAG / ARCHIVO GRUPO PAMPA NEGRA
Desde mediados del siglo XIX hasta comienzos del XX, el término sociabilidad popular se encontraba exclusivamente relacionado con las prácticas organizativas desarrolladas por artesanos y obreros calificados, dirigidas a generar instancias de  expresión cultural. En este sentido, existía una estrecha relación entre el mutualismo decimonónico y las primeras sociedades filarmónicas y artísticas surgidas desde los sectores más ‘ilustrados’ de las clases populares, pudiéndose afirmar que “la relación entre éstas y las sociedades de obreros fue bastante estrecha, ya que en numerosas ocasiones se utilizaron los salones sociales de una y otra para los actos de celebración de cada una”[1].
De esta forma, surgen al alero del movimiento mutualista en Chile las asociaciones obreras encargadas de generar ‘diversiones populares’ ante “la necesidad de efectuar un trabajo más amplio para lograr la ansiada “regeneración del pueblo”, ya que el proyecto reformador tenía que comprender otros aspectos de la vida”[2], propiciando las diversiones ‘sanas’ para los sectores populares. El tipo de organización que más destacó en este sentido fue la Filarmónica de Obreros, constituida por un conjunto musical que ofrecía ‘bailes sociales’ abiertos a la comunidad, lo que incidió en un prestigio ganado tanto en los círculos de la elite liberal como al interior del movimiento asociativo popular.
Las actividades desarrolladas por las sociedades filarmónicas de obreros siguieron, claramente, los parámetros de los sectores ilustrados en el tema cultural. Esta característica ha sido interpretada en el sentido de que este tipo acciones reflejaría una “lectura popular del ideario liberal” por parte del artesanado y de los obreros calificados o bien, que dicha influencia de la elite habría tenido “variaciones e interpretaciones propias gracias a las cuales habrían sido más asequibles los conceptos manejados por la elite”, en una especie de apropiación cultural realizada por parte de los sectores populares.
Si bien la tesis anterior puede ser discutible, una situación innegable es la vinculación estrecha entre las prácticas mutualistas y el surgimiento de organizaciones de sociabilidad popular, incluso como parte integrante del proyecto societario mutualista. Este proceso que se ve refrendado con lo ocurrido en las tierras salitreras, ya que hacia
“los últimos meses de 1891 [y durante toda esta década] comienza un proceso de fundación de organizaciones que elevó los índices de sociabilidad obrera en Tarapacá a niveles nunca antes vistos”[3].
Fenómeno similar es el que está ocurriendo en Antofagasta, ya que hacia la década del 1890 comienzan a fundarse una gran cantidad de asociaciones obreras de carácter mutualista[4]. La Sociedad Filarmónica de Obreros de Antofagasta es “fundada el 10 de diciembre de 1893, por un grupo entusiasta de jóvenes de la localidad”[5], constituyéndose en la principal y más antigua asociación artístico-cultural de obreros en la provincia. Esta sociedad era la encargada de realizar los ‘bailes sociales’ y las ‘veladas literario-musical’ que contaban con todo el beneplácito del resto de la sociedad antofagastina; actividades que se realizaban en el Salón Social de la propia Sociedad Filarmónica de Obreros ubicado en la céntrica calle Baquedano y de los cuales se solía destacar que duraban “hasta altas horas de la noche, no decayendo ni por un momento el entusiasmo i la alegría”[6]
La realización de estas actividades culturales eran alabadas por los sectores altos de la sociedad antofagastina debido a los beneficios y virtudes que en ellas podían adquirir los obreros, al respecto se establecía que:
“aparte de la ilustración i modales que se adquieren en esas tertulias se le aleja del vicio, se le distingue lo bueno de lo malo, se le encumbra i se le dignifica. […] La simpática fiesta terminó después de las cinco de la madrugada, sin ninguna nota discordante”[7].
Es así como la Filarmónica de Obreros de la ciudad de Antofagasta logró establecerse como una de las entidades más valoradas en el que hacer cultural de la ciudad, ganándose todo el respeto y el apoyo de los sectores acomodados, quienes valoraban enormemente los esfuerzos por ‘ilustrar’ a los sectores populares de la ciudad. Se decía que “la Filarmónica de Obreros, es una de las instituciones más simpáticas de esta ciudad, cuyos fines sociales han seguido su curso de perfeccionamiento i cultura”[8]. Sin embargo, la actividad de esta sociedad no se orientaba exclusivamente hacia los sectores obreros y populares, sino que también convocaba a otros sectores más acomodados, práctica que era resaltada enormemente por la prensa local como manera de demostrar la existencia de instancias de unión y paz social en un contexto donde claramente esta situación estaba lejos de prevalecer. De esta forma se idealizaba esta instancia de sociabilidad diciendo que
“los que crean que solo eran obreros los que bailaban se equivocan, ahí estaban representadas todas las clases sociales, desde el mas encumbrado personaje hasta el mas humilde hijo del pueblo i todos mezclados, confundidos en un solo anhelo, en una perfecta comunidad de ideas”[9].
ESTUDIANTINA DE MUJERES. ANTOFAGASTA 1904
REVISTA ZIG-ZAG. ARCHIVO GRUPO PAMPA NEGRA
  Durante la primera década del siglo XX, comienzan a emerger las primeras organizaciones obreras de estas características en la pampa salitrera. En aquellas tierras, específicamente en los campamentos de las oficinas salitreras, la organización de sociedades filarmónicas cumplió un rol fundamental en la constitución de los espacios de sociabilidad, ya que la “Filarmónica también integraba la rama de fútbol entre sus asociados, de academias de bailes y, naturalmente, de realización de bailes entre sus asociados, e incluso, de celebraciones teatrales”[10]. Se puede apreciar claramente cómo estas organizaciones nacen a partir de una práctica asociativa espontánea de los sujetos, ya que no es la organización la que genera la práctica del fútbol o los bailes, sino que nacen de las prácticas cotidianas de los sujetos que posteriormente se cristalizan en una determinada asociación.
Un claro indicador del explosivo aumento de sociabilidad obrera organizada en la pampa, está constituido por las sucesivas felicitaciones y muestras de apoyo entregadas por la prensa antofagastina a dichas iniciativas; de esta manera se informaba que:
“un grupo de entusiastas operarios de Pampa Central echó las bases de una institución que lleva por nombre “Sociedad Filarmónica de Obreros Hijos del Desierto”. Este centro social ha seguido una vida progresista merced al esfuerzo de sus miembros y a los buenos rumbos que le han impreso sus directorios”[11]
Continuamente se entregaban informaciones sobre la creación, tanto de sociedades filarmónicas como también de centros dramáticos y deportivos en la pampa, tales como la  “Sociedad Filarmónica i Centro Dramático Libertad” de la oficina Pepita (enero de 1905), Sociedad Filarmónica y de Socorros Mutuos “El Boquete” de la oficina Domeyko (octubre de 1907), el “Centro Social Filarmónico” de la oficina Anita (octubre de 1907) y el “Centro Filarmónico y Club de foot- ball” de la oficina salitrera Castilla (abril de 1908), entre muchos otros.
Como se puede observar, existió una gran profusión de organizaciones dedicadas a la sociabilidad obrera en la pampa salitrera hacia los primeros años del siglo XX, proceso que vendría a reflejar prácticas asociativas anteriores a la organización formal y que posteriormente se ven institucionalizadas con la creación de  estas sociedades obreras. Sin embargo, el carácter eminentemente obrero o popular de estas sociedades es bastante dudoso, ya que fueron continuamente cooptadas por las administraciones de las oficinas con el objeto de introducir determinados comportamientos de orden entre los trabajadores. En este sentido, se ha planteado que “La Filarmónica no sólo estructuró la sociabilidad de la Oficinas sino que constituyó un control social sobre gran parte de los obreros y, en menor medida, empleados de una Oficina”[12].
SOC. FILÁRMONICA "UNIÓN Y CONFRATERNIDAD". 1911, ESTACIÓN BAQUEDANO.
REVISTA SUCESOS / ARCHIVO GRUPO PAMPA NEGRA
De todas formas, es necesario establecer que si bien la acción de estas agrupaciones dentro del mundo popular salitrero fue importante, no se debe sobre dimensionar el radio de acción e incidencia dentro del diverso campo popular sobre el cual se establecían dichas agrupaciones sociales. Así mismo, cabe destacar que no todas estas organizaciones fueron cooptadas por las administraciones y las clases patronales, ya que existieron importantes espacios de crítica social generada a través de las instancias de sociabilidad obrera organizada. Una actividad que se caracterizó en este sentido fue el teatro obrero.
Por otra parte, y específicamente dentro del ámbito urbano de la ciudad de Antofagasta, es posible percibir una gran variedad de instancias de sociabilidad popular sin una organización explicita, pero que presentan un patrón de frecuencia mucho mayor que las instancias de sociabilidad nacidas de una organización formal.
Para el contexto de la pampa salitrera, se ha dicho que “el trabajador de la pampa, contaba con la Filarmónica como una de las pocas instancias de sociabilidad posibles en el desierto”[13], afirmación que en cierta medida es acertada, pero que de ninguna manera se debe tomar como absoluta. Si bien la vida en la pampa salitrera durante el periodo que analizamos era extremadamente dura y restringida en los campamentos -lo que impedía la generación de instancias espontáneas de sociabilidad- no se debe restar importancia a la existencia de pueblos pampinos que albergaban importantes locales comerciales de expendio de alcoholes, cantinas y casas de prostitución que recibían una importante afluencia de trabajadores salitreros. Así mismo, en las oficinas existían espacios de sociabilidad cotidiana en las mismas piezas obreras y en las cantinas, así como también durante algunas celebraciones patrias (bolivianas, peruanas o chilenas) o del carnaval, que eran trascendentales desde el punto de vista de la sociabilidad popular en el sentido amplio con que la estamos analizando. Por último, se debe tener presente la estrecha y constante relación de los sujetos establecidos en la pampa salitrera con el puerto, ya sea por razones de movilidad laboral o bien porque muchos pampinos acudían al puerto para ser parte de las diversiones de cantina y burdel que la ciudad les ofrecía.



[1] Marianne Sahaale. (1997). De agonías y luchas: una aproximación a la sociabilidad obrera, Tesis para optar al grado de Licenciado en Historia, PUC, Instituto de Historia, Santiago.
[2] Sergio Grez (1998). De la regeneración del pueblo a la huelga general: génesis y evolución histórica del movimiento popular en Chile (1810-1890). DIBAM. Una visión que otorga un mayor grado de autonomía al movimiento mutualista: María A. Illanes (1990). La revolución solidaria. Historia de las sociedades obreras de socorros mutuos. Chile, 1840.1920. PRISMA
[3] Julio Pinto V. (1994). “En el camino de la mancomunal: organizaciones obreras en la provincia de Tarapacá, 1880-1895”. En Cuadernos de Historia, N°14, Santiago. pág. 119.
[4] Para un recuento de las asociaciones obreras en Antofagasta y Tarapacá ver: Floreal Recabarren (1954) Historia del proletariado de Tarapacá y Antofagasta, (1884-1913). Memoria para optar al título de Profesor de Historia, Geografía y Educación Cívica, Instituto Pedagógico, Universidad de Chile.
[5] El Industrial, 12 de diciembre  de 1903.
[6] El Comercio, 23 de mayo de 1901.
[7] El Comercio, 7 de septiembre de 1903.
[8] El Comercio, 19 de marzo de 1907.
[9] El Comercio, 7 de septiembre de 1903.
[10] José González (2003). La Pampa Salitrera en Antofagasta. Auge y ocaso de una era histórica. La vida cotidiana durante los ciclos Shanks y Guggenheim en el desierto de Atacama. PROA
[11] El Industrial, 15 de mayo de 1905.
[12] José Antonio González, La Pampa Salitrera en Antofagasta... Op. Cit., p.183.
[13] Cristina Riveros (2001). Función de la música en la pampa salitrera, 1890-1930, Tesis para optar al grado de Licenciado en Historia, Pontificia Universidad Católica de Chile, Stgo. Pág. 35