24.7.15

Una vez mas en el desierto se derrama sangre obrera



Desde el día 21 de julio, la Confederaciónde Trabajadores del Cobre (CTC) comenzó una paralización nacional, en todas las divisiones de Codelco, ese mismo día los trabajadores y trabajadoras tomaron los accesos a las faenas en Chuquicamata, El Teniente, Andina y El Salvador, este último con cortes y barricadas en la faenas pero también en la ruta que une el campamento con Diego de Almagro. Como ha sido tónica a lo largo de su historia, los Trabajador@s de la división más pobre de la empresa estatal, demostraron una vez más su radicalidad y lucha comprometida con el movimiento, siendo la única división que ha aguantado las barricadas durante varios días, desde el mismo 21 de julio se han registrado enfrentamientos en la salida de Diego de Almagro, de los cuales los mineros han salido triunfantes, apoyado por la comunidad de este pueblo que luego de la lluvia y el alud de este año comienza de a poco a levantarse.
El día de ayer 23 de julio, se registró enfrentamientos durante la tarde en el Paseo de los trabajadores donde comienza la ruta de 60 kilómetros que separan Diego de Almagro con el campamento de El Salvador, los trabajadores resistieron en las barricadas durante toda la tarde apoyados por vecinos y vecinas, contra Fuerzas especiales de carabineros enviados desde otros puntos del país a reprimir la huelga de la CTC que lucha por un nuevo “Acuerdo Marco”, el cual se había venido renovando cada dos años desde la gran huelga del 2007. 
Fue en este contexto de represión que se ha vivido en la comuna de Diego de Almagro que durante la noche del jueves 23 de julio y la madrugada del día viernes, se intentó desalojar a los trabajadores y trabajadoras del cobre de las barricadas que mantienen a la entrada del campamento El Salvador y en la entrada de la mina. Los combates se extendieron por varias horas trasladándose por varios lugares del campamento y sus alrededores. Fue en estos momentos cuando la población se volcó a apoyar a los mineros, fue así como también se comenzaron a registrar enfrentamientos en la ciudad y se inició el disparo de bombas lacrimógenas contra la población.
Los mineros armados con las piedras que el desierto entrega se defendieron como lo han hecho durante ya muchas huelgas, demostrando las agallas que tienen, loas pacos por su parte respondían con bombas lacrimógenas y disparos de escopeta, a estos se sumaron disparos de balas, una de las cuales alcanzo a Nelson Quichillao López, trabajador salvadoreño, oriundo de la zona y que prestaba servicios a Codelco por medio de la empresa Geovita, el cual recibe la bala en su ingle, la que momentos después le provocará la muerte. A su vez varios trabajadores más se encuentran heridos, algunos de gravedad.
Un nuevo asesinato por parte del Estado chileno, un nuevo trabajador muerto por las balas de los perros guardianes de la clase política, nuevamente en un gobierno de Bachelet de asesina a un obrero, ayer fuer Rodrigo Cisternas en las tierras del sur, hoy son las alturas de El Salvador las que nuevamente se tiñen con sangre minera, al igual que en 1966 cuando el Estado masacró a 6 mineros y dos mujeres, al igual que en 1973 con el paso de la caravana de la muerte donde aún se mantienen desaparecidos 5 trabajadores salvadoreños.
¿Cuánto más estamos dispuesto a aceptar?, ¿Cuántos muertos más van a venir a engrosar las listas de asesinados y asesinadas en esta supuesta democracia? Los trabajadores y trabajadoras de El Salvador ya han tomado su posición, al igual que en la lucha contra la dictadura y en la larga huelga del 2007, está la convicción y la confianza de luchar hasta vencer, la muerte de Nelson no puede ser en vano, es hoy el momento, es ahora cuando la solidaridad de clase tiene que hacerse manifiesta, en cada puesto de trabajo en cada pupitre, en cada sala de clase, en cada rincón, estos hechos no pueden dejarnos indiferentes, debemos salir a las calles a demostrar la pena, a transformarla en rabia, a no permitir que se nos siga asesinando impunemente, no podemos permitir ningún muerto o muerta más. A llegado el momento de decir basta al Estado, a la clase política, de comenzar al igual que los trabajadores y trabajadoras del cobre a ejercer la autodefensa, ¡no podemos dejar que nos pasen por encima!
A repudiar en cada rincón, en cada calle, en cada esquina la muerte de Nelson Quichillao, es la única forma de hacer que su muerte no sea en vano. El que murió de pie debe seguir viviendo en cada forma de lucha, al prender una vela, al lanzar una piedra, al encender una barricada, al dar un grito de rabia.

ADELANTE LA LUCHA DE LOS TRABAJADORES Y TRABAJADORAS DEL COBRE!!!
A SEGUIR LUCHANDO POR SUS DERECHOS Y POR MEJORES CONDICIONES LABORALES
QUE NELSON ESTÉ EN CADA MOMENTO ACOMPAÑANDO LA LUCHA, EN CADA BARRICADA, EN CADA CAMINO QUE SE CORTA Y EN CADA LUCHA QUE SE TRIUNFA