2.3.16

Sociabilidad popular: Filarmónicas y Mutuales. Antofagasta, albores del siglo XX - Javier Mercado Guerra

A continuación dejamos a disposición el artículo “Sociabilidad popular: Filármonicas y mutuales. Antofagasta, albores del siglo XX” del investigador antofagastino Javier Mercado Guerra, el que apareció publicado en la segunda edición de nuestra revista Pampa Negra. Hemos complementado esta versión con imágenes, las que son parte de nuestro trabajo de recopilación fotográfica en torno al movimiento obrero antofagastino de esa época. 
Grupo Pampa Negra 
SOCIEDAD FILARMÓNICA DE OBREROS DE ANTOFAGASTA HACIA 1904.
REVISTA ZIG-ZAG / ARCHIVO GRUPO PAMPA NEGRA
Desde mediados del siglo XIX hasta comienzos del XX, el término sociabilidad popular se encontraba exclusivamente relacionado con las prácticas organizativas desarrolladas por artesanos y obreros calificados, dirigidas a generar instancias de  expresión cultural. En este sentido, existía una estrecha relación entre el mutualismo decimonónico y las primeras sociedades filarmónicas y artísticas surgidas desde los sectores más ‘ilustrados’ de las clases populares, pudiéndose afirmar que “la relación entre éstas y las sociedades de obreros fue bastante estrecha, ya que en numerosas ocasiones se utilizaron los salones sociales de una y otra para los actos de celebración de cada una”[1].
De esta forma, surgen al alero del movimiento mutualista en Chile las asociaciones obreras encargadas de generar ‘diversiones populares’ ante “la necesidad de efectuar un trabajo más amplio para lograr la ansiada “regeneración del pueblo”, ya que el proyecto reformador tenía que comprender otros aspectos de la vida”[2], propiciando las diversiones ‘sanas’ para los sectores populares. El tipo de organización que más destacó en este sentido fue la Filarmónica de Obreros, constituida por un conjunto musical que ofrecía ‘bailes sociales’ abiertos a la comunidad, lo que incidió en un prestigio ganado tanto en los círculos de la elite liberal como al interior del movimiento asociativo popular.
Las actividades desarrolladas por las sociedades filarmónicas de obreros siguieron, claramente, los parámetros de los sectores ilustrados en el tema cultural. Esta característica ha sido interpretada en el sentido de que este tipo acciones reflejaría una “lectura popular del ideario liberal” por parte del artesanado y de los obreros calificados o bien, que dicha influencia de la elite habría tenido “variaciones e interpretaciones propias gracias a las cuales habrían sido más asequibles los conceptos manejados por la elite”, en una especie de apropiación cultural realizada por parte de los sectores populares.
Si bien la tesis anterior puede ser discutible, una situación innegable es la vinculación estrecha entre las prácticas mutualistas y el surgimiento de organizaciones de sociabilidad popular, incluso como parte integrante del proyecto societario mutualista. Este proceso que se ve refrendado con lo ocurrido en las tierras salitreras, ya que hacia
“los últimos meses de 1891 [y durante toda esta década] comienza un proceso de fundación de organizaciones que elevó los índices de sociabilidad obrera en Tarapacá a niveles nunca antes vistos”[3].
Fenómeno similar es el que está ocurriendo en Antofagasta, ya que hacia la década del 1890 comienzan a fundarse una gran cantidad de asociaciones obreras de carácter mutualista[4]. La Sociedad Filarmónica de Obreros de Antofagasta es “fundada el 10 de diciembre de 1893, por un grupo entusiasta de jóvenes de la localidad”[5], constituyéndose en la principal y más antigua asociación artístico-cultural de obreros en la provincia. Esta sociedad era la encargada de realizar los ‘bailes sociales’ y las ‘veladas literario-musical’ que contaban con todo el beneplácito del resto de la sociedad antofagastina; actividades que se realizaban en el Salón Social de la propia Sociedad Filarmónica de Obreros ubicado en la céntrica calle Baquedano y de los cuales se solía destacar que duraban “hasta altas horas de la noche, no decayendo ni por un momento el entusiasmo i la alegría”[6]
La realización de estas actividades culturales eran alabadas por los sectores altos de la sociedad antofagastina debido a los beneficios y virtudes que en ellas podían adquirir los obreros, al respecto se establecía que:
“aparte de la ilustración i modales que se adquieren en esas tertulias se le aleja del vicio, se le distingue lo bueno de lo malo, se le encumbra i se le dignifica. […] La simpática fiesta terminó después de las cinco de la madrugada, sin ninguna nota discordante”[7].
Es así como la Filarmónica de Obreros de la ciudad de Antofagasta logró establecerse como una de las entidades más valoradas en el que hacer cultural de la ciudad, ganándose todo el respeto y el apoyo de los sectores acomodados, quienes valoraban enormemente los esfuerzos por ‘ilustrar’ a los sectores populares de la ciudad. Se decía que “la Filarmónica de Obreros, es una de las instituciones más simpáticas de esta ciudad, cuyos fines sociales han seguido su curso de perfeccionamiento i cultura”[8]. Sin embargo, la actividad de esta sociedad no se orientaba exclusivamente hacia los sectores obreros y populares, sino que también convocaba a otros sectores más acomodados, práctica que era resaltada enormemente por la prensa local como manera de demostrar la existencia de instancias de unión y paz social en un contexto donde claramente esta situación estaba lejos de prevalecer. De esta forma se idealizaba esta instancia de sociabilidad diciendo que
“los que crean que solo eran obreros los que bailaban se equivocan, ahí estaban representadas todas las clases sociales, desde el mas encumbrado personaje hasta el mas humilde hijo del pueblo i todos mezclados, confundidos en un solo anhelo, en una perfecta comunidad de ideas”[9].
ESTUDIANTINA DE MUJERES. ANTOFAGASTA 1904
REVISTA ZIG-ZAG. ARCHIVO GRUPO PAMPA NEGRA
  Durante la primera década del siglo XX, comienzan a emerger las primeras organizaciones obreras de estas características en la pampa salitrera. En aquellas tierras, específicamente en los campamentos de las oficinas salitreras, la organización de sociedades filarmónicas cumplió un rol fundamental en la constitución de los espacios de sociabilidad, ya que la “Filarmónica también integraba la rama de fútbol entre sus asociados, de academias de bailes y, naturalmente, de realización de bailes entre sus asociados, e incluso, de celebraciones teatrales”[10]. Se puede apreciar claramente cómo estas organizaciones nacen a partir de una práctica asociativa espontánea de los sujetos, ya que no es la organización la que genera la práctica del fútbol o los bailes, sino que nacen de las prácticas cotidianas de los sujetos que posteriormente se cristalizan en una determinada asociación.
Un claro indicador del explosivo aumento de sociabilidad obrera organizada en la pampa, está constituido por las sucesivas felicitaciones y muestras de apoyo entregadas por la prensa antofagastina a dichas iniciativas; de esta manera se informaba que:
“un grupo de entusiastas operarios de Pampa Central echó las bases de una institución que lleva por nombre “Sociedad Filarmónica de Obreros Hijos del Desierto”. Este centro social ha seguido una vida progresista merced al esfuerzo de sus miembros y a los buenos rumbos que le han impreso sus directorios”[11]
Continuamente se entregaban informaciones sobre la creación, tanto de sociedades filarmónicas como también de centros dramáticos y deportivos en la pampa, tales como la  “Sociedad Filarmónica i Centro Dramático Libertad” de la oficina Pepita (enero de 1905), Sociedad Filarmónica y de Socorros Mutuos “El Boquete” de la oficina Domeyko (octubre de 1907), el “Centro Social Filarmónico” de la oficina Anita (octubre de 1907) y el “Centro Filarmónico y Club de foot- ball” de la oficina salitrera Castilla (abril de 1908), entre muchos otros.
Como se puede observar, existió una gran profusión de organizaciones dedicadas a la sociabilidad obrera en la pampa salitrera hacia los primeros años del siglo XX, proceso que vendría a reflejar prácticas asociativas anteriores a la organización formal y que posteriormente se ven institucionalizadas con la creación de  estas sociedades obreras. Sin embargo, el carácter eminentemente obrero o popular de estas sociedades es bastante dudoso, ya que fueron continuamente cooptadas por las administraciones de las oficinas con el objeto de introducir determinados comportamientos de orden entre los trabajadores. En este sentido, se ha planteado que “La Filarmónica no sólo estructuró la sociabilidad de la Oficinas sino que constituyó un control social sobre gran parte de los obreros y, en menor medida, empleados de una Oficina”[12].
SOC. FILÁRMONICA "UNIÓN Y CONFRATERNIDAD". 1911, ESTACIÓN BAQUEDANO.
REVISTA SUCESOS / ARCHIVO GRUPO PAMPA NEGRA
De todas formas, es necesario establecer que si bien la acción de estas agrupaciones dentro del mundo popular salitrero fue importante, no se debe sobre dimensionar el radio de acción e incidencia dentro del diverso campo popular sobre el cual se establecían dichas agrupaciones sociales. Así mismo, cabe destacar que no todas estas organizaciones fueron cooptadas por las administraciones y las clases patronales, ya que existieron importantes espacios de crítica social generada a través de las instancias de sociabilidad obrera organizada. Una actividad que se caracterizó en este sentido fue el teatro obrero.
Por otra parte, y específicamente dentro del ámbito urbano de la ciudad de Antofagasta, es posible percibir una gran variedad de instancias de sociabilidad popular sin una organización explicita, pero que presentan un patrón de frecuencia mucho mayor que las instancias de sociabilidad nacidas de una organización formal.
Para el contexto de la pampa salitrera, se ha dicho que “el trabajador de la pampa, contaba con la Filarmónica como una de las pocas instancias de sociabilidad posibles en el desierto”[13], afirmación que en cierta medida es acertada, pero que de ninguna manera se debe tomar como absoluta. Si bien la vida en la pampa salitrera durante el periodo que analizamos era extremadamente dura y restringida en los campamentos -lo que impedía la generación de instancias espontáneas de sociabilidad- no se debe restar importancia a la existencia de pueblos pampinos que albergaban importantes locales comerciales de expendio de alcoholes, cantinas y casas de prostitución que recibían una importante afluencia de trabajadores salitreros. Así mismo, en las oficinas existían espacios de sociabilidad cotidiana en las mismas piezas obreras y en las cantinas, así como también durante algunas celebraciones patrias (bolivianas, peruanas o chilenas) o del carnaval, que eran trascendentales desde el punto de vista de la sociabilidad popular en el sentido amplio con que la estamos analizando. Por último, se debe tener presente la estrecha y constante relación de los sujetos establecidos en la pampa salitrera con el puerto, ya sea por razones de movilidad laboral o bien porque muchos pampinos acudían al puerto para ser parte de las diversiones de cantina y burdel que la ciudad les ofrecía.



[1] Marianne Sahaale. (1997). De agonías y luchas: una aproximación a la sociabilidad obrera, Tesis para optar al grado de Licenciado en Historia, PUC, Instituto de Historia, Santiago.
[2] Sergio Grez (1998). De la regeneración del pueblo a la huelga general: génesis y evolución histórica del movimiento popular en Chile (1810-1890). DIBAM. Una visión que otorga un mayor grado de autonomía al movimiento mutualista: María A. Illanes (1990). La revolución solidaria. Historia de las sociedades obreras de socorros mutuos. Chile, 1840.1920. PRISMA
[3] Julio Pinto V. (1994). “En el camino de la mancomunal: organizaciones obreras en la provincia de Tarapacá, 1880-1895”. En Cuadernos de Historia, N°14, Santiago. pág. 119.
[4] Para un recuento de las asociaciones obreras en Antofagasta y Tarapacá ver: Floreal Recabarren (1954) Historia del proletariado de Tarapacá y Antofagasta, (1884-1913). Memoria para optar al título de Profesor de Historia, Geografía y Educación Cívica, Instituto Pedagógico, Universidad de Chile.
[5] El Industrial, 12 de diciembre  de 1903.
[6] El Comercio, 23 de mayo de 1901.
[7] El Comercio, 7 de septiembre de 1903.
[8] El Comercio, 19 de marzo de 1907.
[9] El Comercio, 7 de septiembre de 1903.
[10] José González (2003). La Pampa Salitrera en Antofagasta. Auge y ocaso de una era histórica. La vida cotidiana durante los ciclos Shanks y Guggenheim en el desierto de Atacama. PROA
[11] El Industrial, 15 de mayo de 1905.
[12] José Antonio González, La Pampa Salitrera en Antofagasta... Op. Cit., p.183.
[13] Cristina Riveros (2001). Función de la música en la pampa salitrera, 1890-1930, Tesis para optar al grado de Licenciado en Historia, Pontificia Universidad Católica de Chile, Stgo. Pág. 35

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