13.5.14

Morir entre rieles: Breve reseña de los expropiadores de trenes en el Norte Grande

Por Rebeldesierto
Periódico "El Sol Ácrata" Antofagasta, abril del 2014.

Como ya hemos señalado en otras oportunidades, el amanecer del siglo XX fue bastante crudo para las miles de familias obreras y desposeídas en el norte de la región chilena. La nueva centuria no había traído nada de nuevo, tan solo más miseria, más  hambre y en muchos lugares resignación.  Sin embargo, hubo inconformes que despreciaron la sumisión, y ya sea a través de la organización colectiva o en el acto individual, decidieron hacer frente a esta situación ignominiosa, promovida por el clero, la burguesía local y los farsantes del gobierno de turno.

Entre esta vasta gama de espacios y personajes, hoy nos referiremos a los expropiadores del  FCAB (Ferrocarril Antofagasta - Bolivia), quienes actuaron con la finalidad de sobrevivir y llevar sustento a sus hogares, o tal vez con móviles personales, políticos o más profundos que hoy desconocemos. Tal vez los haya impulsado el repudio al trabajo, el hastío ante explotadores patrones o las vertiginosas ansías de ir de un pueblo otro sin dejar más huella que la acción cometida, no lo sabemos.

Los escenarios principales de estos atracos fueron las estaciones, vagones o muelles, lugares donde se concentraban grandes sumas de capital, pues además de acumularse mercadería y productos importados, se encontraba a acaudalados comerciantes e industriales, quienes viajaban de una oficina salitrera a otra, o bien en barco hacía algún otro destino. No por nada los vigilantes del FCAB, esbirros protectores del capital, portaban rifles Winchester, y en las paredes se encontraban los típicos avisos “Se Busca” con fotografías, seudónimos y prontuarios de los bandoleros. Inclusive se ofrecieron grandes sumas por algunas cabezas.

Entre los casos más bullados encontramos en 1915 a una banda de atracadores provenientes de Bolivia, los que en aquella región habrían expropiado el banco nacional. O también a la famosa Wild Bunch (Pandilla Salvaje), la que incluso inspiró una película en 1969. Se dice que estos “forajidos” norteamericanos asaltaron bancos en la región argentina, en el norte de la ficción chilena y más tarde en territorio controlado por el estado boliviano, donde finalmente morirían en 1908.  Caso aparte es el ya mítico Silverio Lazo, “El Chichero”, quién después de una larga temporada en el calabozo y golpizas policiales, se habría convertido en “el terror” de los comerciantes y la burguesía antofagastina, la que fijó en alto precio su captura a lo que este respondió asesinando a uno que otro guardia. En palabras del poeta Sabella “SILVERIO Lazo, "El Chichero"/Mitad gaviota y navaja /ante nadie se rebaja /con su cuchillo minero”. Otros salteadores “locales” fueron “La Jirafa”, “El guatón guaso”, el temido Juan Gonzáles, alías “La muerte andando” y un pequeño apodado “El care’ galleta” quien le habría sustraído siete colleras de oro a un inglés de apellido Goodman.

Además de estos casos, más “emblemáticos” y bullados, la expropiación al ferrocarril corrió principalmente por sus propios trabajadores; palanqueros, combinadores, bodegueros y conductores recuperaron parte de su trabajo robado llevándose mercaderías, víveres y uno que otro objeto de valor para sus casas, lo que les costó la expulsión y registro en las famosas fichas negras, que corrían entre las casas comerciales y oficinas salitreras negando el trabajo a agitadores, organizadores y también a expropiadores. Otra consecuencia, más terrible, fue la muerte, muchos cayeron acribillados por la sección de vigilancia de la Compañía, o fueron puestos a disposición de las autoridades y ejecutados por fusilamiento sin prueba alguna más que la palabra de la Compañía, quién era capital, juez y policía en la región.

Finalmente podemos señalar que si bien estos actos no tuvieron, aparentemente, un móvil político e ideológico claro, y no fueron producto de una estrategia en contra del estado o del capitalismo, si responden a una reacción y reflexión individual ante la injusticia reinante, pues supieron identificar en el ferrocarril y en la burguesía de la época a los responsables de su situación, y por tanto los convirtieron en su objetivo a expropiar.


Estación de Ferrocarriles Antofagasta, hacía 1920.

No hay comentarios:

Publicar un comentario